En la industria agrícola, el agua es un elemento vital, que tiene una función muy importante en el crecimiento, desarrollo y cultivo de los vegetales. En la actualidad, toda el agua que se destina para la fertirrigación y el riego debe ser evaluada y tratada para asegurarse de que cumpla con estándares de calidad para que, a su vez, los suelos y sustratos crezcan de forma saludable.
Hoy en el blog de Pochteca te contaremos sobre la importancia de controlar la alcalinidad y cómo elegir los ácidos mejorar calidad del agua y sus características.
¿Por qué es importante la calidad del agua de riego?
El agua destinada al riego se encuentra en riesgo de problemas que afectan su calidad, como la alcalinidad, salinidad, exceso de sodio y toxicidad a causa de algunos iones presentes en el líquido. Estos factores pueden ser medidos a través de parámetros como la conductividad eléctrica, la relación de adsorción de sodio, el pH y la concentración de compuestos potencialmente dañinos, como el cloro, sodio y boro.
En el caso de la alcalinidad, es uno de los problemas más comunes. Esta medida consiste en la capacidad del agua para neutralizar a los ácidos, es decir, la capacidad del agua para resistir los cambios en el pH cuando se añade ácido.
La alcalinidad del agua se debe a la presencia de sustancias disueltas en el líquido, que mantienen el equilibrio entre la cantidad de compuestos presentes en el agua. Los iones alcalinos, o álcalis, que se encuentran en el agua y contribuyen a que sea alcalina son los bicarbonatos, carbonatos e hidróxidos.
La alcalinidad se relaciona con la cantidad de dióxido de carbono se encuentra en el agua; esta medida la forman las partes por millón de todos los álcalis que se encuentren en una muestra. En general, la alcalinidad total se determina a un pH de 4,9, 4,6, 4,5 o 4,3 con base en la cantidad de CO2 presente.
Usualmente, el agua dura es alcalina y el agua blanda es ácida, aunque hay algunas excepciones. Por esta razón, la alcalinidad del agua es un factor importante en aplicaciones como el agua potable, las aguas residuales, de calderas, sistemas de refrigeración y en muchos tipos de aguas procedentes de la industria química y de manufactura.
El agua con alta alcalinidad puede mitigar la toxicidad de los metales pesados debido a los bicarbonatos y carbonatos presentes y que se usan para eliminar el metal de las soluciones. En entornos naturales, un nivel bajo de alcalinidad puede provocar que los animales presentes en arroyos, ríos o lagos sean vulnerables a los cambios en el pH.
Efecto de la alcalinidad en la producción agrícola
En agricultura, la alcalinidad del agua debe ser analizada constantemente, ya que los niveles de pH superiores a 7,0 pueden limitar la disponibilidad de los nutrientes en las plantas. Es decir, a pesar de que los nutrientes se encuentren en el suelo, en los fertilizantes o en los sustratos, las plantas no podrán absorberlos debido a la alcalinidad del líquido.
Algunos de los nutrientes que se ven afectados por la alcalinidad del agua son: zinc, magnesio, hierro y fósforo, cuyas deficiencias provocan daños a las plantas, como disminución del tamaño de las hojas, inhibición del crecimiento del tallo, hojas oscuras, amarillentas, con apariencia apagada, entre otros que reducen el rendimiento y rentabilidad de los cultivos.
Ácidos para mejorar la calidad del agua de riego
Para reducir la alcalinidad del agua se puede usar ácidos como:
Ácido nítrico
El ácido nítrico en una concentración del 55% se usa en aplicaciones agrícolas para reducir el pH en agua para fertirrigación, en soluciones foliares y en desincrustantes de carbonatos de calcio para sistemas de riego, eliminando el sarro que obstruye las tuberías.
Ácido cítrico
El ácido cítrico es uno de los reguladores de pH más utilizados ya que se considera el ácido más seguro y suave, que aporta nutrientes benéficos para las plantas o cultivos, y favorece su absorción a través de las raíces.
Ácido fosfórico
Este ácido se utiliza en cultivos en suelo o en sustratos como fuente de fósforo. Su función es acidificar al agua destinada para hidroponía, fertirrigación, soluciones foliares y para desincrustar carbonatos de calcio en sistemas de riego.
Este ácido mejora la calidad del agua dura, ya que actúa descomponiendo los bicarbonatos para acidificar el agua y evitar la formación de compuestos insolubles como calcio y magnesio. Se recomienda su uso cuando el pH se encuentra arriba de 6,5 y entre sus beneficios se encuentra el aumento de la solubilidad de los nutrientes, mejora en la calidad de la planta y un mejor efecto de los fertilizantes.
Se recomienda usar en sistemas hidropónicos, sustratos, macetas, en sistemas de riego por goteo o en cintilla. Su uso permite obtener plantas más saludables, reducir los síntomas de deficiencia, aumentar la solubilidad de los nutrientes y optimizar el efecto de los fertilizantes.
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